Nos parece bucólico, incluso utópico, pensar que un viaje pueda cambiar tu vida. Lo hemos visto mil veces en las películas. Alguien se va de viaje y su vida da un vuelco radicalmente. Pero la realidad siempre supera a la ficción y hay veces, que esto es así de verdad. Un viaje cambia tu vida, PARA SIEMPRE. Y no tiene por qué ser una sorpresa. Lo sabes, antes de preparar tu maleta sabes que tu vida, a la vuelta, ya no será nunca más la misma. Casi seis años de reuniones, entrevistas, papeleos y un montón de minutos, horas, días, semanas y meses sin noticias, incluso decayendo, creyendo que todo se ha paralizado y que este viaje no llegará nunca. Pero un día, cuando menos lo esperas recibes una llamada y sí, te lo han asignado, es tuyo, así, sin más. La única prueba, una foto y es tuyo para siempre. Los sentimientos tienen que ser arrolladores, qué difícil, qué contradictorios. Qué alegría pero qué miedo al mismo tiempo. Quererlo...